Collie tuvo una infancia feliz. Su amo lo atendió durante apróximadamente 4 años pero un mal día murió. El perro acudió alsepelio de su dueño y allí permaneció hasta el día siguiente. La familia intentó llevarselo pero el no se movía de la tumba.
Lo itentaron llevar a otra casa pero el se escapaba de nuevo junto los restos de su dueño. Y así durante 9 años. Dicen que al dueño lo cremaron y que eso lo desorientó, aunque Collie seguía yendo al lugar donde comenzó la historia y el resto del tiempo se quedaba cerca de las oficinas de entrada, el mismo lugar donde ayer todos lamentaron su partida.
Los últimos días un grupo de proteccionistas pedía ayuda
a través de las redes para ocuparse de su salud. Es que había sido
encontrado aullando de dolor. Las instituciones
tenían un inconveniente con los traslados, por lo que se activó la red social y dieron con
el veterinario Federico Bonino. El especialista llegó hasta el lugar y,
de inmediato, decidió internarlo.
El perro
"estaba en muy mal estado, deshidratado", dijo el veterinario quien,
una vez en la clínica, detectó que tenía una insuficiencia renal grave
que evidentemente fue avanzando con el tiempo sin haber sido detectada.
Si bien recibió todos los cuidados, Collie hizo dos
convulsiones durane la noche y falleció al día siguiente. "Al menos
pudimos hidratarlo y compensarlo, por lo que tuvo una muerte con
dignidad", expresó Bonino compungido.
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Cuentame algo, me siento muy sólo.